jueves, 3 de junio de 2010

¿Tan malo es Zlatan?


Muchos son los que este año han criticado a más no poder al sueco del Barcelona. Que si es lento, que si no marca, que si no sirve para el juego de Pep... Chorradas.

Zlatan Ibrahimovic es de lo mejor que hay ahora mismo en el panorama futbolístico. Es dificilísimo ser tan completo como el sueco-balcánico. Y es que a Ibrahimovic no le falta ni una sola de las cualidades que se le piden a los mejores jugadores del mundo: es rápido, es muy ágil a pesar de rozar los dos metros, tiene unas cualidades técnicas al alcance de muy pocos (sólo os recuerdo, por ejemplo, la asistencia de tacón a Pedro contra el Mallorca), tiene gol y buen juego en equipo. En cierto modo, es normal que se critique su rendimiento después de haber costado unos 80 millones de euros (50 más Eto'o), pero la parroquia culé debe recordar que es un año de adaptación. Zlatan acaba de llegar de Italia y no es fácil adaptarse al cambio de fútbol. De hecho, recuerdo muy pocos (Panucci, Seedorf, Roberto Carlos y poco más) futbolistas que venidos del país de los Apeninos a nuestra tierra hayan hecho un gran primer año.
(Imagen: Zlatan Ibrahimovic en su debut con el Barcelona en el Trofeo Joan Gamper contra el Manchester City)




Asistencia de tacón de Ibrahimovic para que Pedro marcara ante el Mallorca

A pesar de las críticas, los números de Ibrahimovic en el Barcelona no son de un delantero mediocre, como se le ha tildado. 21 goles en todas las competiciones son un grandísimo aporte, teniendo en cuenta que tiene al lado al mejor del mundo, Lionel Messi, que ha marcado más de 40. Ya son 60 goles entre sólo dos futbolistas, sólo igualado por la dupla formada por Cristiano Ronaldo e Higuaín en el Real Madrid, que entre ambos han anotado 62 goles. La temporada de Ibrahimovic se tiene que ver en términos generales, no por sus últimos partidos. Todo el mundo tiene una mala racha... y todo el mundo tiene mala memoria. Porque yo no sé por qué la gente ha olvidado que Ibrahimovic empezó marcando al menos un gol en las cinco primeras jornadas, que entró en el partido contra el Madrid en el Camp Nou y marcó el gol de la victoria para el Barça.

David Villa, el día de su presentación como jugador azulgrana

La llegada de Villa puede echar a Ibrahimovic del Barcelona. Porque el Guaje es un delantero centro, un matador de área y no podría jugar con Ibrahimovic comiéndole su terreno y desperdiciar a Villa en una banda sería un sacrilegio futbolístico. El nuevo presidente culé tendrá la última palabra, pero si decide vender, se estará convirtiendo en un Real Madrid de la vida, es decir, tienes a un jugador que te hace una temporada relativamente buena y fichas a otro por un pastón para hacer lo mismo. Ellos sabrán.

La Canarinha más floja desde el 94


Luis Fabiano, Robinho y Kaká celebran un gol a Uruguay en la fase de clasificación para el Mundial

Diga lo que diga la gente, Brasil no es la de siempre. Le falta punch, le falta toque, le falta calidad... Sí, vale, sigue teniendo estrellas, pero cada vez menos. No me pueden comparar a Robinho con Ronaldinho, ni a Luis Fabiano con Ronaldo, ni siquiera con Adriano, ni podemos comparar a Kaká con el mejor Kaká.

Brasil ha perdido fuerza y calidad en todas las líneas, excepto la portería, donde ha salido ganando de forma impresionante con la llegada a la titularidad del arquero del Inter de Milán, Júlio César. La Canarinha no tendrá que soportar más las continuas cantadas de Dida, porque ahora cuenta con un guardameta de absoluta confianza. Pero no está lo bien cubierto que podría. Lúcio sigue siendo Lúcio, con todas sus consecuencias: es contundente atrás, lo gana todo por alto, pero sigue perdiendo muchos balones con sus salidas al ataque como pollo sin cabeza. Acompañado por Thiago Silva gana algo de serenidad defensiva, pero al joven central del Milan todavía le falta madurez.

Pero quizá la defensa no sea lo más flojo de Brasil, más que nada porque cuenta con los dos mejores laterales derechos del mundo, Maicon y Dani Alves. Lo malo que tiene, es que uno de los dos no jugará, a no ser que Dunga opte por recolocar a Alves en el interior, todo es posible.

Felipe Melo, con la Copa Confederaciones conquistada el año pasado ante Estados Unidos

Lo peor de Brasil es el centro del campo. Elano, Felipe Melo, Baptista, Josué... no están ni cerca de ser considerados de los mejores del mundo. Cierto es que el juego de los brasileños nunca fue muy destacado por su paso por el medio del campo, pero no son los Mauro Silva, Emerson, Zé Roberto que encumbraron a Brasil. Y Gilberto Silva no es el que deslumbró en el Arsenal a media Europa.

En definitiva, que si Brasil tiene que confiar en las bicicletas de Robinho y en los goles de Luis Fabiano o Grafite, podemos estar tranquilos. Pero claro, luego vendrán, verán y vencerán. Para algo son Brasil, los dueños del Mundial, los únicos con 5 títulos...

Reencontrar a Lass

Lassana Diarra en el partido de la Liga de Campeones contra el Milan

Lassana Diarra fue desde el día que llegó al Madrid un jugador muy importante. El equipo blanco no tenía un jugador de su corte desde que en 2003 se deshiciera de Claude Makélélé. Un centrocampista bajito pero ágil, rápido al corte y hábil en la distribución del esférico. Un verdadero pulmón en el centro del campo.

Aterrizó en Concha Espina el 22 de diciembre de 2008 y ya de primeras su nombre fue proscrito de su camiseta, porque ya estaba ocupado por Mahamadou Diarra. Desde entonces todos lo conocemos como Lass. En realidad, vino para suplir al malí, incluso cogió el número 6 que dejó vacante Mahamadou, que perdió su ficha después de la larga lesión que sufrió esa temporada. Pero Lass rápidamente se convirtió en algo más que un simple sustituto. En cualquier balón suelto aparecía Lass. Si el rival atacaba, Lass robaba el balón y lo repartía con criterio. Parecía incansable. Por eso se ganó el cariño del Bernabéu. Al final de temporada se especuló con la posible salida del malí por la fantástica temporada del francés, pero se decidió contar con ambos.

Durante esta temporada Mahamadou salió de su lesión y... siguió siendo el que era, un centrocampista destructor del juego propio. Lass, por su parte comenzó como un cohete el año futbolístico 2009-2010. Dos golazos ante Rosenborg y Deportivo le confirmaron como un fijo en el once de Pellegrini. Pero no ha sido el año de los Diarra. Lass, de repente, dio un increíble bajón tanto físico como táctico: perdía la posición, no se encontraba en el campo, perdía muchos de los balones que recibía... Es posible que el técnico chileno tenga parte de la culpa del bajo rendimiento de Lass. Y es que Manuel Pellegrini se empeñó en jugar con Lass en la banda derecha, de interior y, claro, no funcionaba. Probó poniéndolo delante de Xabi Alonso... claro, tampoco funcionaba. Parece que se le olvidó que Lassana Diarra se hizo importante en el Real Madrid por robar muchísimos balones... como mediocentro defensivo.

Y Lass cayó en el ostracismo. De repente, un jugador que un servidor dio por desahuciado, Fernando Gago, se hizo un hueco en el once titular blanco en detrimento del bueno de Lass, que se tuvo que conformar con los minutos de la basura de algunos partidos y a veces ni eso.

Es cierto que el Real Madrid lleva unos años en los que su característica principal es menospreciar a los jugadores de calidad con poco nombre o que salieron baratos. Michael Owen, Walter Samuel, Esteban Cambiasso, Samuel Eto'o (estos tres han sido piezas clave en el actual campeón de Europa, el Inter), Claude Makélélé, y más recientemente Klaas-Jan Huntelaar, Arjen Robben o Wesley Sneijder, por no nombrar a Higuaín, del que se ha dudado constantemente durante todos los años que lleva de blanco. Sin lugar a dudas, Lass estaba destinado a entrar en ese saco. No fue excesivamente caro (20 millones; teniendo en cuenta las salvajadas que paga Florentino, es barato), salió bueno y tuvo un bache, pues pa' dentro.

Lassana Diarra disputa un balón con David Silva en los cuartos de final de la Champions 2007

José Mourinho tiene ahora una papeleta. Fue su primer valedor cuando se lo trajo al Chelsea en 2005, pero un tal Mickael Essien y un tal Makélélé le cerraron el hueco de la titularidad. Es un jugador del estilo de Mou, un mediocentro defensivo puro, fuerte, rápido, contundente. Quizás un poco bajo, pero muy útil para el portugués. Mourinho debe reencontrar al mejor Lass. Debe darle la confianza que necesita y colocarlo en su lugar del mediocampo. Puede ser lo más parecido que tenga en el Madrid a Essien.