viernes, 29 de enero de 2010

La Copa de la redención


El Sevilla sentenció la eliminatoria contra el Depor con un 0-3 en Riazor

Parece bastante asumido que a los grandes les da igual la Copa (a no ser que llegue el mejor Barça de la historia y le apetezca ganarlo todo) y la dejan en bandeja a los equipos de segunda (o tercera) fila. Primero fue el 'alcorconazo', luego la mejor eliminatiora de Copa de los últimos años -la eliminación de los de Guardiola en el Pizjuán- y después, el suicidio del Valencia contra el Deportivo. El resultado ha sido una pista de atletismo sin obtáculos para una final Sevilla - Atlético de Madrid. Lo curioso es que en la Liga, ambos equipos se han ido tropezando con la raya de un lápiz cada 10 metros. Bueno, el Atleti cada 2. Lo que los ha llevado a los primeros a salir de Europa y a los segundos a luchar por no jugar el año que viene contra equipos de Segunda, aunque en eso ya se ha entrenado este año en Copa.

Simeone, con el último título logrado por el Atlético, la Copa de 1996

Neptuno está aburrido
Tanto a sevillistas como a atléticos les atrae la Copa. Quieren resarcir una campaña irregular (horrible en el caso colchonero) con un título que contente a sus aficiones. El Sevilla tiene mal acostumbrados a los suyos, con los cinco títulos que levantó en 2007 y por eso la presión para ganar es mucho menor. No tienen el agobio de los jugadores entrenados por Quique Sánchez Flores. Muchos de ellos no saben ni lo que es levantar una copa. Y Neptuno yo creo que ni se acuerda de la última vez. Le está volviendo a crecer la virginidad de las copas. 14 años después del último título atlético, tienen una oportunidad de oro para encontrar la redención a mucho tiempo de sufrimiento. Que lo consigan o no depende sólo de ellos, porque son buenos, aunque no lo parezcan.

Interés, el mínimo
No sé cómo verán los políticos del fútbol la situación actual de la Copa. Pero hace mucho tiempo que perdió el interés de los aficionados (menos de los que su equipo juega la final). Se han probado unos 500 formatos en los últimos tiempos y ninguno resulta suficientemente atractivo. Mi convicción es clara: el modelo inglés es bueno, bonito y barato. Un partido, sorteo 100% aleatorio y máxima emoción en cada balón. Y el premio, un puesto en la Champions League. Es la solución que propone La Línea de Cal, otra cosa es que me hagan caso.